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Intento de homicidio

Allí estaba yo, en mi habitación, sola.
Era de noche. Estaba a oscuras, preparada para dormir pero, no podía.
Decidí ir a la cocina y calentar un poco de leche, para beberla y ver si lograba conciliar el sueño, y de una vez, alimentar al gato.
Cuando llegué ahí, no pude evitar ver la silueta de alguien, correr por el jardín.
Me asusté un poco, ya era muy tarde.
Cuando estaba sirviéndome la leche tibia, oigo la perilla de la puerta, como si alguien estuviera por abrir, estaba desconcertada pues vivía sola, no había motivo ni forma de que alguien entrara a la casa.
Lo único que pude hacer fue correr.
Llegué a mi recámara y me senté en el suelo, en una esquina. Oía como todo en la cocina era arrojado al piso. Alguien había entrado, y parecía furioso.
Oí mi nombre en un grito lleno de enojo. La voz era totalmente desconocida.
Yo temblaba, abrazando a mi gato, que me siguió hasta la recámara.
Quien me acompañaba en la casa era un hombre, así parecía, por su voz gruesa.
Nunca llegó a mi habitación, estuve ahí un largo rato.
Cuando dejé de oír su voz y que estuviera haciendo desastre, decidí salir de la habitación, con mucha cautela, para que no me escuchara.
Revisé TODO. Él ya no estaba.
La puerta principal estaba abierta. La cerré, con candado y cadena, estaba nerviosa y muy asustada, pero decidí ir a dormir. La leche había quedado en la cocina, no fue necesaria para dormir.
Al día siguiente, cambié de puerta. Era de metal, pesada y enorme.
Hice lo que pude por mantenerme "segura".
Esa noche, estaba escribiendo uno de mis tantos intentos frustrados de cuento. No podía darle un final que diera el toque que quería, me frustré.
Volví a escuchar ruidos. Me quedé ahí, cerré, puse el seguro...
Escuché mi nombre con la misma voz de la noche anterior y un grito de frustración pero, era otra voz.
También de hombre, al menos esta no era una voz atemorizante.

Esa vez, si llegó a mi habitación y, cuando vi su intento por abrir la puerta, salí corriendo por la escalera del balcón.
Corrí hacia afuera de la casa, pero el otro hombre estaba vigilando en la puerta principal y salió corriendo tras de mi.
Saqué fuerza y velocidad de donde no sabía que tenía, mientras el corría, llamó al otro hombre y le dijo: Estamos a dos cuadras de su casa, voy tras ella. El tipo estaba encapuchado.
Di vuelta a la calle, pero no me di cuenta que corrí en dirección a mi casa, al pasar por ahí, me desvanecí, perdí el conocimiento.
Recuerdo que, cuando desperté, estaba tirada en el sillón de mi sala, nuevamente sola.
Me puse de pie, creí que todo lo anterior había sido un sueño, muy extraño y ridículo.
Para mi sorpresa, los tipos volvieron a entrar. ¡NO ERA UN SUEÑO!
Al verme de pie de nuevo, corrieron en dirección a mi, pero, corrí a las escaleras, subí tan rápido como pude y me escondí en el baño.
Los hombres gritaban mi nombre, exigiendo que saliera de donde fuera que estuviera.

Revisaron todo, y el último lugar que quedaba, era el baño.
Cuando abrieron, los empujé y corrí hacia abajo, con la esperanza de una salida rápida.
Pero todo estaba cerrado.
Para cuando reaccioné, el tipo de voz gruesa estaba detrás mío con un cuchillo en la mano.
Lo vi, me vio.

Cuando estaba por atacar le dije:
¿Por qué haces esto? ¿Por qué quieres matarme? ¿Quién diablos eres? ¿Qué buscas?
El tipo quedó pasmado ante tantas preguntas.
Me siguió, mientras yo caminaba en "reversa".
El, sostenía el cuchillo, que afiló antes, en dirección a mi.

No pude más, me tropecé con un escalón de la entrada, y caí, no pude levantarme, estaba ya muy cansada.
El tipo me dio una bofetada que casi me dejó inconsciente, pero no lo hizo, así que le grité, lo insulté y le golpee el pecho con los puños.

El tipo me miró, yo estaba furiosa y al mismo tiempo atemorizada.
No me explicaba que es lo que querían conmigo.
El tipo, me obligó a sentarme y me amarró, mientras el otro, solo observaba.
No soltaba el cuchillo, y me dijo:

"Para que te quedes más tranquila y porque no quiero que mueras con dudas, fui enviado por alguien cercano a ti, me pidió que te matara y que además, tu muerte fuera lenta y dolorosa, pero me estoy cansando de tu poca colaboración y que hagas esto tan difícil".

Yo estaba confundida, realmente no entendía quien podía haberlo hecho.

El tipo bajó el cuchillo en dirección a mi corazón, mientras el otro tipo le decía:
"Hazlo en un solo movimiento y asegúrate de que entre bien, no nos iremos hasta que muera, tampoco debes apuñalarla en lugares inalcanzables para ella, para que parezca suicidio".

En fin, cuando el tipo por fin iba a apuñalarme, sin piedad...


DESPERTÉ.

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